jueves, 16 de septiembre de 2010






Fede, el mono de la nieve nació en Corea de madre española y padre libanés. De pequeño vio mucho manga japonés lacrimógeno del tipo Heidi o Marco. La verdad es que no estaba doblado al coreano y Fede, el mono de la nieve no hablaba japonés. Este detalle lingüístico no evitó, sin embargo, que Fede, el mono de la nieve cayera rendido ante el carisma arrollador de Amedio, el mono de Marco, que corría mil aventuras con su dueño. “Somos dos que alegres van, suben y bajan montañas” ..rezaba la canción..Y ahí comenzó su calvario personal.

El problema comenzó debido al enorme parecido físico de los protagonistas de ambas historias: ambos con coloretes, pelo corto, lágrimas en intermitencia retenidas en unos ojos en primer plano semi-congelado casi en cada episodio..
En fin que como la una venía de los Alpes y el otro iba a los Andes pues se lió con tanta montaña y queriendo simular a su congénere idolatrado acabó en Suiza escondido en una bolsa de esquí de un portugués.

Ahora en la confusión no sabe si buscar al abuelo de la madre de Marco, a los dudosos descendientes de la señorita Rottenmeier o la madre de las cabras de Heidi a ver si entre todos saben algo de Amedio, del cual: ni rastro. Mientras tanto anda buscando leche de coco, blanca como la nieve para cocinar..y será por nieve..paradojas de la vida..
Suiza, enero 2010

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